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viernes, 20 de enero de 2012

El bibliotecario-funcionario, ese rara avis

Acabo de leer un artículo de Francisco J. Bastida, Catedrático de Derecho Constitucional. Bajo el título El desprecio político al funcionariado, hace un repaso a la situación de desamparo mediático en el que se encuentran los funcionarios, machacados una y otra vez por el político de turno (debo suponer que considera que él si trabaja) que, como viene a decir Bastida, tapa sus errores con consignas como "hay que reducir el gasto corriente de la Administración" o "para mantener el estado del bienestar todos debemos aportar nuestro granito de arena (léase, repagar, cobrar menos, trabajar más, etc."

Suscribo palabra por palabra lo comentado por el autor, y destacando además, el caso particular del funcionario de bibliotecas, (bibliotecarios, auxiliares de Bibliotecas, ordenanzas, administrativos...), ese rara avis, y cada vez más.

No dejo de preguntarme cómo una Administración Pública puede poner en marcha una biblioteca y después no cubrir el personal (y resto de recursos) de la misma. ¿En qué momento un político se plantea la necesidad e importancia de la biblioteca y después (usando la crisis como excusa), cuando más hace falta, decide cerrarla?

He visto ya varias estadísticas, a través de IWETEL, en las que se hacía referencia al aumento de préstamos, consultas en sala, uso de ordenadores en las bibliotecas municipales... y, aunque no se ha hecho estudios en los que analice la relación -inversamente proporcional- entre crisis y uso de bibliotecas, parece (y creo) que existe un causa-efecto bien claro.

Por eso, me pregunto de nuevo (es que soy muy curiosa), ¿por qué durante todo este tiempo (antes de la crisis), las Ofertas Públicas de Empleo han omitido, de manera generalizada y sistemática, las plazas de bibliotecarios, archiveros, documentalistas, etc. Con una plaza (cuando se oferta), ¿se puede atender adecuadamente al usuario? ¿y al documento? Más aún, ¿qué puede hacer el bibliotecario cuando, en su tiempo de descanso, no hay nadie más trabajando en ese centro? ¿encerrar al usuario (de hecho, a mi me ha pasado)? y cuándo cae enfermo, ¿la persona que lo sustituya no debería contar, al menos, con el apoyo de un funcionario que también pertenezca al centro?

Si has respondido de la misma forma en que lo haría yo, entonces, pregúntate a ti mismo si de verdad crees que sobran funcionarios o faltan. Y hazte esta misma pregunta, pero con políticos.

Y, una reflexión final, ¿no deberíamos todos luchar por conseguir los mismos derechos que los funcionarios (los que les quedan), en lugar de exigir que trabajen como los del sector privado? Si la empresa privada es tan buena (que queremos que ellos se rebajen a nuestras condiciones), ¿por qué estamos como locos por opositar?

3 comentarios:

Jojo dijo...

He enviado este comentario a un blog... ¿qué pensáis de esto?

¿Nos hemos acostumbrado al discurso político de que "sobran funcionarios"?
Los servicios públicos, son públicos (evidente), y deben ser prestados por funcionarios, que tengan una estabilidad laboral (no sea cada día uno distinto) y conozca bien a sus usuarios (las bibliotecas municipales tienen el "encanto" precisamente de que el bibliotecario "de todo la vida" -donde exista- conoce perfectamente a sus usuarios).
Lo que empezó siendo un servicio para cubrir bajas temporales (que como idea no está mal), se está convirtiendo en la privatización de lo público, a todos los niveles, salvo, curiosamente, el del político, que ese, sí que permanece continuamente en política, si no en un puesto, en otro. Políticos-funcionarios es lo que vamos a tener, en lugar de trabajadores-funcionarios.
Por otro lado, la empresa privada, es una empresa, busca el beneficio, no la atención de los servicios del ciudadano. Y la prueba es precisamente los sueldos paupérrimos que quedan a los trabajadores. Por ejemplo, el pliego de condiciones de 2009 del Ayuntamiento de Murcia, decía que, por hora, cada Auxiliar de Bibliotecas debía percibir algo más de 10 euros la hora (brutos), cuando lo cierto es que variaba entre 4 y 5.
Otra cosa es que, además (y creo que aposta), las funciones y perfiles de ese personal esté mal definido en ese pliego. Aunque ya hablaré más adelante de ello. Me reservo el comentario para futuras entradas en blogs, porque el tema se las trae.

Anónimo dijo...

En estos tiempos se está hablando mucho de los recortes a los FUNCIONARIOS, pero no debemos olvidar que estos recortes también se aplican al PERSONAL LABORAL de las administraciones, sean trabajadores FIJOS o TEMPORALES.
El personal laboral no goza de los mismos beneficios que el funcionariado y, si además se trata de una persona con contrato temporal, podéis suponer lo que opina de estos recortes...

Jojo dijo...

Tienes toda la razón, por supuesto, los recortes afectan a todo el personal, sea del tipo que sea.
Entiendo perfectamente el comentario, es cierto que el laboral está en peor situación que los funcionarios y que las "medidas de ajuste" que consisten en reducir salarios, afecta todavía más al personal laboral que, además de la incertidumbre de poder ser despedidos, ven mermados unos derechos de por sí limitados con respecto al funcionario.
La entrada iba encaminada a la falta de oposiciones, pues sabiendo que los puestos de trabajo son necesarios, se cubren con personal temporal.